DE DIAS Y FLORES

Hoy me senté a tomar un café con Silvio.

Hacía mucho tiempo que no sabía nada de él, casi tanto como había decidido no pensar en mí y seguir caminando. Caminar y no pensar. Caminar y mantener el soliloquio eterno. Caminar y contener la respiración. Los inmundos recintos de cuervos y carroñeras aves hieden a huesos desollados. A carroña vendida por carroña. El hedor estuvo siempre, lo sé, pero ahora me resulta francamente insoportable. Estaba asqueada y Silvio se dio cuenta. El también lo estaba y me aseguró que como él y yo, miles también lo estaban. Claro, no estaban todos juntos ocupando un mismo espacio, ni siquiera, juntos en una organización mundial, sino que estaban por ahí, de a pares o solos, como él y como yo. Solo era cuestión de encontrarlos. Le expliqué que hacía tiempo que mi ánimo fluctuaba entre la depresión y la angustia y que si tenía que pensar en algún día bueno (léase sin depresión/ angustia), en ellos llegaba a unos niveles de bronca que me asustaban. Entonces él sonrió. Sonrió con tantos dientes que pensé que tenía dos bocas y susurro en mi oído -casi como cantando- algo de darme sus flores para mis días y de que gritara mi bronca como mejor pudiera que al fin y al cabo estaba viva. En menos de cinco minutos, dijimos al unísono nuestras broncas universales y guardamos para sí las personales, fuimos –dentro de nuestra rabia- sumamente dichosos y nos despedimos hasta que, desesperados y vencidos, nos volvieramos a necesitar para de algún modo, regresar del mundo.MaraiaBlacke.

*Dias y Flores (1975) Fue el primer albun como solista de Silvio Rodriguez (dedicado a su hija Violeta)