viernes, 21 de septiembre de 2007

DELIRIOS FRENTE AL ESPEJO

—¿Es que nadie me va a escuchar?— Malquerer está tras la puerta y viene a buscarme. Me acusa de algo terrible. Grita mi ingratitud y me maldice. Dice que no aprendí nada, que sufrí atrozmente y en forma absurda, para no aprender nada. Siento su aliento en mi nuca y a pesar del disfraz de arlequín, no lo engaño. Siento su voz en mi cabeza cada vez que cierro los ojos frente al espejo, porque Malquerer esta en el espejo, como Maldoror bajo el árbol. —Pero…¿Es que a nadie le interesa mi suerte? —sollozo desesperada sobre el polvo de mi soledad reseca, donde mis palabras retumban y se pierden. Cierro fuerte los ojos, pero nada cambia. El silencio es tragado por mas silencio y mi garganta cortada por sus reproches, su burla y su risa desencajada. Con la mano sostengo mi cuello y con mis ojos la mirada en Malquerer. Mi propio reflejo herido de muerte me pide clemencia mientras escupe sangrante las imágenes rotas de un espejo distorsionado donde me pierdo. La risa cesa, Malquerer se atraganta y en un ahogo repentino veo la primera muestra ajena de dolor. Su rostro consternado ante la falta de aire, me estremece; su palidez y sus ojos llorosos se empeñan por ultima vez. Moviendo sus manos y sollozando un lamento, Malquerer intenta en vano que vea que soy: un reflejo fugaz del ayer cayendo por el vacío del absurdo. —Pero…¿es qué nadie me va a escuchar?— Marai_aBlacke (septiembre de 2006)

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